martes, 4 de mayo de 2010

Pesadilla



Irreal. Así  fue como percibí el sueño. Si, sabía que estaba soñando. Lo note desde el momento en que tu mano estrechaba la mia.
Caminamos por el borde de un riachuelo cristalino que albergaba infinidad de especies de colores, y la vereda estaba a su vez pintada de un verde vivo lleno de puntillos que daban forma a florecillas inexistentes y preciosas que decoraban el ambiente por el cual paseabamos.
Un ser extraño parecido a un duende se acerco con un canasto lleno de rosas y claveles. A saltitos y volteretas se dirigio hacia nosotros y en un segundo me lleno de esas preciosas flores.
Tus manos sujetaron aun mas fuerte las mías y con tú mirada clavada en la mia nos amamos en el silencio de esa inmensidad. Eramos solo tu y yo. Ya no había soledad. Ni llanto. Te pertenencia. Me pertenecias.
Una suave música parecida a la del clavicordio empezo a deslizarse sobre nuestra presencia, alumbrando con cada nota las estrellas del firmamento y dejando un rastro de felicidad y amor a su paso.
Sonreiste, - te amo - Senti como una corriene eléctrica recorria mi piel, tus palabras llenarón mi pecho de una senación llamada dicha. - más que a mi vida - respondí.
En un momento todo desaparecio. 
El riachuelo ya no era riachuelo, y el duende se había convertido en un ser nauseabundo que blasfemaba locuras al por mayor. Las florecillas se marchitaron y tu te alejaste. Tu mirada ya no era de amor. Indiferencia.
Un vacio y una deseperación se adueño de mi. Corri intentado escapara de la realidad que poco a poco se aproximaba para hacerme olvidar todo lo bello que vivi contigo en ese mundo fantástico, en ese sueño siniestro.  Abismo, era interminable.  Solo descendia llevando el miedo, la frustración, tu indiferencia, mi cobardia. El sonido de mi caida era ensordecedor, apabullante.
Tu piel, tus manos acariciandome, todo fue una mentira: una locura ideade por mi inconsciente, por mi necesidad de ti.

Desperté bañanda en sudor, con la respiración entrecortada y una lágrima en mi mejilla. Y así comprobe que todo fue una pesadilla. Un Buen mal  SUEÑO.






Amor es lo que yo siento cuando tus ojos me miran y mi cuerpo tiembla, cuando tu voz suena y mi corazón late con más fuerza, cuando escucho tu nombre y mi pecho se cierra.

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