Irreal. Así fue como percibí el
Caminamos por el borde de un riachuelo cristalino que albergaba infinidad de especies de colores, y la vereda estaba a su vez pintada de un verde vivo lleno de puntillos que daban forma a florecillas inexistentes y preciosas que decoraban el ambiente por el cual paseabamos.
Un ser extraño parecido a un duende se acerco con un canasto lleno de rosas y claveles. A saltitos y volteretas se dirigio hacia nosotros y en un segundo me lleno de esas preciosas flores.
Tus manos sujetaron aun mas fuerte las mías y con tú mirada clavada en la mia nos amamos en el silencio de esa inmensidad. Eramos solo tu y yo. Ya no había soledad. Ni llanto. Te pertenencia. Me pertenecias.
Una suave música parecida a la del clavicordio empezo a deslizarse sobre nuestra presencia, alumbrando con cada nota las estrellas del firmamento y dejando un rastro de felicidad y amor a su paso.
Sonreiste, - te amo - Senti como una corriene eléctrica recorria mi piel, tus palabras llenarón mi pecho de una senación llamada dicha. - más que a mi vida - respondí.
En un momento todo desaparecio.
El riachuelo ya no era riachuelo, y el duende se había convertido en un ser nauseabundo que blasfemaba locuras al por mayor. Las florecillas se marchitaron y tu te alejaste. Tu mirada ya no era de amor. Indiferencia.
Un vacio y una deseperación se adueño de mi. Corri intentado escapara de la realidad que poco a poco se aproximaba para hacerme olvidar todo lo bello que vivi contigo en ese mundo fantástico, en ese
Tu piel, tus manos acariciandome, todo fue una mentira: una locura ideade por mi inconsciente, por mi necesidad de ti.
Desperté bañanda en sudor, con la respiración entrecortada y una lágrima en mi mejilla. Y así comprobe que todo fue una
Amor es lo que yo siento cuando tus ojos me miran y mi cuerpo tiembla, cuando tu voz suena y mi corazón late con más fuerza, cuando escucho tu nombre y mi pecho se cierra.
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